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21 junio 2020

07 - Estado de alarma por COVID-19 (Fin)

Desde hace unos días, la Generalitat de Catalunya volvió a tener las competencias para gestionar el último paso de la fase 3 y la desescalada final del confinamiento.
Así pues, el pasado jueves 18, fue el inicio y final de la fase 3, una fase que apenas duró unas horas en las regiones sanitarias de Barcelona y Lleida. 
El viernes 19, Catalunya entró en la nueva normalidad (fase de la represa en catalán) y desde entonces no hay restricciones de movimientos, se acabaron las franjas horarias y los porcentajes de aforo, aunque hasta el día 25 de este mes se establece un periodo transitorio donde se mantiene un aforo del 50% en espacios interiores y del 75% en exteriores.
Eso sí, las distancias de seguridad entre personas seguirán siendo de 1.50 metros.

Hoy 21 de junio, y tras 98 días (3 meses y una semana), finaliza el estado de alarma en todo el territorio español. 
A partir de ahora nos espera una nueva vida muy diferente a la anterior, donde la mascarilla y el gel hidroalcohólico nos acompañará durante el día a día hasta que no salga una vacuna que pueda frenar este maldito virus.

Haciendo un rápido resumen con datos aproximados que he recogido de internet, en España hay actualmente:
- Diagnosticados: 245.938
- Muertos: 28.322
- Recuperados: 150.376

Lo mires por donde lo mires, son cifras desorbitadas, sobre todo si las miramos a nivel mundial: 8,6 millones de casos y más de 460.000 muertos.

¿Y la vacuna? Pues esa es la pregunta que nos hacemos todos, todavía no se sabe nada, muchos dicen que a finales de año y otros el año que viene.
Mientras tanto, poco podemos hacer, simplemente mantener las distancias de seguridad y llevar mascarilla, tomar las precauciones necesarias y ayudarnos los unos a los otros, aunque esto último es en lo que menos fe tengo.

Cuando se originó la pandemia en China, nadie pensaba en lo que iba a suceder después, y sigilosamente, este virus fue entrando en la vida de todos nosotros para quedarse una buena temporada...

En España llevamos más de tres meses con este virus, y aunque el estado de alarma ha finalizado, no hay que bajar la guardia, pues todavía sigue vivo y casi igual de mortal como al principio.

En mi caso, he intentado por todos los medios cumplir las normas que se establecieron (pese a estar en contra de muchas de ellas), pero he sido consciente que si me protejo yo, te protejo a ti, y sobre todo a los más vulnerables, como pueden ser las personas de la tercera edad y personas con enfermedades crónicas.

Durante estos últimos meses, he visto de todo, y ya lo he comentado en más de una ocasión en el blog. He visto gente con y sin mascarilla, abrazos sin mascarillas, encuentros casuales y besos en plena calle, jóvenes estornudando sin la mascarilla mientras subía detrás de ellos por las escaleras del tren,... ¿de verdad te piensas que esto es una broma? ¿de verdad no tienes algún familiar, amigo o conocido que ha pasado por este infierno de virus?

Por suerte, mi familia más cercana y amigos están bien, pero sí que tengo conocidos que han pasado por este mal trago y que han perdido algún familiar y/o amigo. Y creedme, es horrible ni tan siquiera poder despedirte de ellos.

Si vuelvo a mirar hacia atrás, me situo por un momento a principios de marzo, cuando realicé con mi pareja y un par de amigas mi última excursión con total libertad de movimiento, y en este caso me fui hasta Lleida donde pude recorrer por primera vez los campos frutales en flor de Aitona. 
Recuerdo hablar de la pandemia como algo lejano, pero 4 días más tarde cerraron los colegios, y tal como si llegara un huracán improvisadamente, se decretó el estado de alarma.
Quien nos lo iba  a decir, ¿verdad?

Estuve trabajando los primeros 15 días de estado de alarma, hasta que el gobierno decretó el confinamiento total exceptuando los trabajos que pertenecían a sanidad y servicios esenciales.
Hasta día de hoy sigo en ERTE, y yo también he sido una de las grandes perjudicadas puesto que he tardado más de dos meses en poder cobrar algo. ¡Sí, lo sé, me vais a decir que he tenido suerte! Y en parte es verdad, porque tengo amigos que todavía no han cobrado nada pese a estar en ERTE parcial o completo.
No voy a entrar en polémica porque soy una persona que rehuye de esta palabra, pero sí que es verdad que ha habido un gran descontrol, y todavía son muchas las personas que siguen sin cobrar y no tienen dinero para comer, ni pagar la hipoteca, etc. 

Recuerdo los primeros días de estado de alarma cuando pedaleaba dirección al trabajo, por aquel entonces las tiendas, los centros comerciales, los bares y restaurantes estaban cerrados y en confinamiento. Era a finales de invierno y en la calle llevaba braga de cuello y chaqueta,... hoy os escribo en manga corta y pantalón corto, hace más de 12 horas que ha empezado el verano.
Sí, se nos ha ido la primavera y no nos hemos dado cuenta, no hemos podido apreciarla como lo que es, una de la estaciones más bonitas del año junto al otoño, por lo menos para mí.

Y recuerdo pedalear tras finalizar el trabajo y de vuelta a casa, por caminos donde no me cruzaba con nadie, calles, plazas y parques vacíos.
Con los días, y confinada como la gran mayoría, fui observando cada paso y cada rincón cuando paseaba a mi perra, siempre sin alejarme de casa. Observaba lo limpias que estaban las calles, en los parques empezaban a florecer las primeras flores y vi muy cerca de casa (suerte la mía), las primeras amapolas.
Y por un momento pensé que el mundo iba a cambiar, que la gente sería más consciente y autorresponsable, sí, pensé en el medio ambiente, lo azul que se veía el cielo, lo verde que se veía la hierba y lo limpias que estaban las calles,... por unos días, pensé en un mundo mejor.
¡Después de tres meses, he perdido la fe en que todo eso sea posible!
Sé que la contaminación seguirá siendo la misma que hace tres, quince o un año, que los campos volverán a ser segados, las amapolas desaparecerán y quizás vuelvan en la próxima primavera...
Sí, por unos días tuve la sensación y la felicidad de ver un mundo mejor para todos, pero hoy puedo decir que las cosas no van a cambiar (y que conste que no soy persona pesimista, todo lo contrario, pero....), el que contaminaba seguirá contaminando, que el guarro seguirá escupiendo y ensuciando las calles, que el maleducado seguirá poniendo los pies en los asientos del tren, que el que escuchaba música sin auriculares seguirá haciéndolo sin importar si molesta o no... 
La buena educación y los buenos modales, no es solo lo que se aprende en la escuela sino en cada casa, así pues, si estás a tiempo... inculca a tus hijos el saber, ser y estar, tal y como me enseñaron (creo) mis propios padres y también la escuela.

Si has leído hasta aquí, te mereces una OLA GIGANTE, jajaja (no hay que perder nunca el humor). ¡Menuda parrafada que he escrito! ¿no? Que se lo digan a mis amigas,... todavía recuerdo cuando no existían los ordenadores y escribía largas cartas a mis mejores amigas, cartas de tres hojas por delante y por detrás con destino Bélgica, Londres, Berlín... y parece ser que con casi 50 años (los cumplo este año), hay cosas que no me cambian 😀

En fin, como habéis visto, al no poder salir debido al confinamiento y no poder desplazarme a hacer excursiones más largas y lejanas, me he centrado un poco en subir al blog una fotografía diaria y escribir un poco sobre las fases en las que nos han sometido.
Todo ha sido por puro entretenimiento y tener la cabeza ocupada aunque solo fuera por unos momentos al día.
Todavía me falta subir al blog algunas fotos pero si queréis verlas lo podéis hacer aquí.

Si has leído hasta aquí, te doy mil gracias por tu paciencia. Te deseo lo mejor en todos los sentidos, y si puedes aportar un poco más de generosidad, humildad y humanidad a este mundo, te estaré eternamente agradecida.

Y para acabar, os dejo estas frases que me han llegado muy adentro.
Son muchos los personajes fallecidos estos últimos días y sin duda alguna me quedo con estas palabras de Pau Donés.... (a pesar también de ser una gran admiradora de Carlos Ruiz Zafón). 

1. Que sepamos vivir el presente.

2. Que no perdamos el tiempo pensando en el futuro.

3. Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos.

4. Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena.

5. Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho.

6. Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana.

7. Que aprendamos a decirnos “te quiero” sin que nos dé vergüenza.

8. Que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho.

9. Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio.

10. Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos.

11. Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡A la mierda el ego y el orgullo!

12. Que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ ná.

13. Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir.

14. Que decidamos por nosotros mismos. Que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros.

15. Que cuando la vida nos cierre una ventana, sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando.

16. Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien.

17. Que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas... se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa.

18. Que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada.

19. Que la vida sea siempre un sueño.

20. Y, en fin, que a la vida le demos calidad, porque belleza sobra.

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Mi última fotografía es un poco peculiar pero es lo que me ha acompañado durante estos tres últimos meses... ☺


FELIZ "NUEVA VIDA" Y FELIZ VERANO

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ESTIU

Ara és el temps d'estimar pels camins,
a la vora del riu on l'herba és blana i acollidora
i a l'ombra dels vells arbres,
a les fonts mig perdudes,
allí on el bosc és més íntim.


Ara és el temps de seure pels carrers
a parlar de futbol i de dones,
havent sopat,
formant grup a l'escassa voravia
i veure com les noies
travessen el carrer abans d'arribar
i passen i s'allunyen
una mica porugues.


Ara és el temps dels fusters i dels paletes,
temps de cantar tot treballant
a ple sol,
oblidant el risc de les bastides,
oblidant l'esforç
i la monotonia de la feina i del viure.


Ara és el temps de passejar amb les nenes
i la senyora que porta guants blancs
per amagar els estralls del lleixiu,
a la tarda del diumenge,
per l'ampla carretera vorejada de plàtans
dient adéu-siau a tothom
amb un gran gest del cap
i envejant la muller dels que passen.


Ara és el temps de les dones que cusen
a la penombra de les entrades
i s'adormen sovint damunt la feina,
i és el temps dels homes que fan la sesta
al racó més fosc de la casa
a les tardes de sol,
quan als carrers hi ha un silenci feixuc
i fa una calor despòtica.


Ara és l'estiu,
l'estiu massís i una mica absurd
però intensament bell,
que arriba sobtadament
una nit qualsevol de principis de juny
i que se'n va, també sobtadament,
una nit qualsevol de finals de setembre. 


Miquel Martí i Pol